sábado, marzo 06, 2004

Habitantes de la memoria

HABITANES DE LA MEMORIA

Por Angel Maldonado Acevedo

Habitantes de la Memoria es una crónica de monumentos y espacios utuadeños que han tenido un valor significativo en nuestra historia pueblerina. En un momento en el que la investigación de los aspectos de nuestra historia y tradición local ha quedado huérfana con la partida del Dr. Pedro Hernández Paralitici, nuestro historiador municipal.

Cuando ni en el Municipio de Utuado hay disponible un documento de divulgación que nos ayude a conocernos mejor a nosotros mismos, la iniciativa de la Profesora Sandra Enriques Seiders y sus estudiantes de Historia de Puerto Rico, adquiere un significado que no podemos dejar pasar por alto. Más aún, cuando cada día parece que las memorias locales, las mejores tradiciones y la vida de nuestro devenir histórico parecen ocupar menos la atención del habitante común, agendas como la emprendida por este grupo de estudiantes y su profesora merecen el mayor de nuestros encomios y reconocimientos.

La importancia de los espacios, sean edificios públicos, ruinas y estructuras es que nos sirven de hilo conductor, de vaso comunicante con nuestro pasado. Nos permiten acercarnos y averiguar sobre sus usos, las celebraciones, tragedias o eventos cotidianos que en ellos se dieron. De ahí que al reflexionar sobre la realidad arquitectónica o espacial se reflexiona sobre el habitante. Por eso, al hablar de la plaza la alcaldía debemos hablar de don Pepín Roig, el alcalde, juez y arquitecto que fundó el Utuado urbano, tal y como lo conocemos, aunque un poco desmejorado. De ahí que al hablar de la Escuela Francisco Ramos (La Vieja Grammar School) debemos hablar de Pancho Ramos y al hablar de la Iglesia lo tenemos que hacer de padre Gregorio o Padre Venard o tantos otros que forjaron la Parroquia Franciscana de Utuado.

Algunos de los proyectos individuales de este libro se realizaron sobre ruinas arqueológicas del Utuado que como ha dicho la pintora Carmen Mercedes Vázquez tuvo sus mejores días. Entre estos La Finca de la Malagueta, El Centro Ceremonial Caguana, el Poblado Bajo el Agua del Lago Caonillas, la Central Azucarera de Pellejas o la Planta de los Morones. Otros son sobre instituciones ya inexistentes como la Central Pellejas, El Casino de Utuado, la Hacienda Roses, el Teatro de Utuado. Algunos estudiantes prefirieron instituciones vivas como la Torrefacción Café de Aquí de don Felipe Rodríguez o la Hacienda Danielito de José Bernardo Morales. Esta diversidad enriquece el proyecto como fuente de referencia. De la misma manera, las limitaciones del proyecto, el ser una obra para un curso introductorio de Historia, sin amplias pretensiones monográficas, son a su vez un valor, pues representan, para aquellos jóvenes lectores que no conocen la historia, un motivo para ampliar sus conocimientos y curiosidades acudiendo a los textos fundacionales de nuestra historia local que sirvieron de fuente bibliográfica a los estudiantes de la profesora Enríquez. Me explico, la lectura de los breves textos pican sin duda la curiosidad y el interés. De lograrse este propósito está cumplida la misión de la profesora y sus estudiantes. Por ello debemos de felicitarlos.

Finalmente una reflexión muy personal sobre los espacios que se van perdiendo.

Los sitios o el estudio arqueológico o micro histórico que sobre ellos se constituyen nos acercan al conocimiento de nuestro pasado y nos ayudan a entender porque somos como somos. Son un recurso irremplazable de un aprendizaje significativo. Ni el mejor conferenciante, ni el texto histórico más real, sustituyen ese aprendizaje que se da tocando lo significativo, aprehendiendo el espacio como testimonio de la existencia de un pueblo. Por eso el alto nivel de motivación, según la profesora Enríquez, que este grupo de estudiantes ha sentido al preparar esta obra sencilla en sus contenidos pero sumamente valiosa en sus propósitos pedagógicos. No es para menos, han logrado un aprendizaje y manejado unas destrezas que podrán alentar, Dios lo quiera, otros proyectos más personales y abarcadores.

Para mí los espacios de la ciudad que habito significan mucho, aunque estén en ruinas o en abandono. Como poeta me adscribo a la magia que escenifican y que tal vez para algunos pase por desapercibida.

El psicólogo jungiano norteamericano Thomas Moore en El Placer de Cada Día nos dice que los habitantes como los caracoles, “cargamos con nuestros hogares cada vez que nos desplazamos de un lugar a otro, porque en última instancia el hogar reside en un lejano rincón del alma”. Nos dice, además, que las ruinas hacen por el alma de una comunidad que muchos edificios nuevos y señala, lo que nos parece el paradigma de cualquier conservacionista: “honrar las ruinas sería una forma de expresar nuestros vínculos con el pasado y reconocer la sabiduría de aquellos que no disfrutaron de nuestros avances tecnológicos” A través del proceso por el que las cosas se convierten en ruinas se revela su alma, el sentimiento del lugar, el genius loci, o genio del lugar como decían los escritores romanos.

La lectura de estos textos ha contribuido a reanimar ese genius loci que como utuadeño, y se que muchos otros lo cargan, llevo empalmado en el alma. Felicidades a la profesora y a los estudiantes y a la institución, la Universidad de Pureto Rico en Utuado que propició su publicación.



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463 Campo Alegre, Utuado, Puerto Rico
Periodista, Escritor y Poeta, Ciudadano Lector